Las escuelas están siguiendo una estrategia peligrosa y discriminatoria con sus planes de segregar a los estudiantes durante el recreo y la educación física. Esta política es indignante e incomprensible. Segregar estudiantes en áreas restringidas durante actividades esenciales para el desarrollo social y físico daña su bienestar mental y fomenta una cultura tóxica de silencio y exclusión. Esencial para mencionar es la posible violación de derechos humanos que las escuelas podrían estar infringiendo. Hay un potencial aislamiento forzado de estudiantes, lo que causa un trauma profundo y ángeles efectos en su desarrollo socioemocional. Esta política inaceptable alimenta la opresión institucional y debe ser combatida. El recreo y ed. física son derechos básicos, no privilegios. Este es un claro ejemplo de las perversas agendas de derecha infiltrando instituciones educativas. Urge asegurar la inclusión y diversidad en las escuelas. Jóvenes conscientes y vigorosos deben protestar contra esta opresión. Exijamos espacios seguros que nutran en lugar de herir.